El Pequinés es un perro de origen chino que en la antigüedad era utilizado para ahuyentar los malos espíritus. El Pequinés es una raza valerosa, combativa y leal. Sensibles y cariñosos con sus dueños, estos perros son extremadamente precavidos y desconfiados con los extraños; por lo que en ocasiones se convierte en una raza útil para avisar de posibles peligros en el hogar, ya que es un gran ladrador. En la actualidad, el pequinés es un perro de compañía muy habitual en ambientes familiares.
Historia del Pequinés
El Pequinés es una pequeña raza de perro y es natural de la zona este asiática, y es considerada una desviación de los míticos perros lanudos del Tibet. Derivación tras derivación, se conocen las primeras documentaciones oficiales en grabados coreanos de hace 4.000 años, y otros del siglo VIII inmersos en la corte imperial de China, en plena dinastía H´ang.Para el imperio, este animal surgía en una época mitológica, y aquí hay un pequeño párrafo sobre este origen: -Perdidamente enamorado de una pequeña mona, el rey león pidió permiso al Dios Mago Hai Ho para desposarla. -Si estás dispuesto a sacrificar tu fuerza y tu tamaño, te doy mi consentimiento, fue la respuesta del Dios.
Así, según la leyenda china, nació el perro pequinés. Valiente y orgulloso como su padre y pequeño, amoroso e inteligente como su madre.
Adorado por el budismo, fue convertido en símbolo mismo de esta religión. Capricho y pasión de la familia imperial, vivió durante siglos en la Ciudad Prohibida en Pekín (de ahí el patronímico de esta raza de perro), sin ningún contacto con el mundo exterior.
En esa época, el valor de joya de la familia imperial de esta raza de perritos, invocaba leyes especiales en las cuales una falta de protocolo frente a ellos se castigaba con cárcel; el robo, el secuestro o el asesinato de un pekinés se pagaba directamente con la vida del infractor.
Durante mucho tiempo, la raza de perro Pequinés fue un privilegio para los nobles chinos, estando prohibida su exportación. Los primeros ejemplares ingresaron a Europa recién en el año 1860 llevados ante la reina Victoria de Inglaterra (tras las incursiones del Ejército Británico en Pekín, donde el aspecto exótico de estos perritos los salvaron del ajusticiamiento general llevado a cabo por los soldados) y treinta años más tarde se presentaron por primera vez en la exposición de Chester. Y de ahí a su moderna distribución, que hace del Pequinés una raza muy conocida de perros de compañía, pero no tan masiva como pareciera.
En la mañana del 15 de abril de 1912, un perro pequinés llamado "Sun Yat Sen", propiedad del millonario británico Henry Harper fue uno de los 3 perros que lograron sobrevivir el naufragio del Titanic.
Características del Pequinés
Las medidas de este perro varían entre las diferentes federaciones caninas del mundo. Presentamos cifras relativas que dan una idea del tamaño y apariencia de la raza Pequinés. Si desea exhibir su perro, consulte las medidas de la federación donde desea competir.
PROPORCIONES GENERALES:
El Pequinés es un perro rectangular, más largo que alto, de pecho profundo y patas cortas. CABEZA:
La cabeza es masiva para el tamaño del perro. En la parte superior del cráneo es ancha y relativamente plana. En la cara la piel tiene pliegues.
OJOS:
Grandes, oscuros, con brillo. Posicionados en la cara bien separados.
HOCICO y BOCA: El hocico y la boca son anchos y cortos, chato. Visto de perfil el frente de la cara es casi vertical.
NARIZ:
Negra, ancha y corta. Los orificios nasales grandes y abiertos. La parte superior de la nariz debe de estar a la altura del centro de los ojos.
OREJAS:
De mucho pelo largo. Colocadas altas en la cabeza en la parte de alante del cráneo. El largo de las orejas no ha de exceder las mandíbulas, el pelo es mucho más largo. Las mantiene caídas próximas a la cara.
CUELLO:
El cuello del perro Pequinés es corto y ancho, masivo.
CUERPO:
Masivo para el tamaño. El pecho del perro Pequinés es ancho, disminuyendo el ancho del cuerpo hacia la parte de atrás. La espalda la mantiene horizontal.
PELO:
El pelaje del perro Pequinés es de dos mantos. El pelo externo es largo, abundante, liso. En el cuello y parte delantera del cuerpo tiene una melena. El manto interior es fino y denso; lanudo. El pelo es más largo, creando lo que le llaman plumas, en las orejas, cola, detrás de las patas y los pies.
COLOR DEL PELO: EXTREMIDADES DELANTERAS:
Las patas delanteras son cortas y de huesos anchos. Las patas son arqueadas hacia afuera. Los pies delanteros son grandes, planos y ligeramente hacia afuera.
EXTREMIDADES TRASERAS:
Las patas traseras son de constitución más ligera que las patas delanteras. Los pies traseros son planos y apuntan hacia adelante.
COLA:
De mucho pelo. Colocada alta. La mantiene sobre la espalda; puede posicionarla sobre la espalda doblándola hacia cualquiera de los dos lados.
PESO:
El peso es de 2 a 8 Kg (aproximado de 4½ a 17½ libras).
CAMADA:
Usualmente la camada es de tres a cuatro perritos. Se registran camadas de hasta 9 cachorritos.
LONGEVIDAD:
El Pequinés es una raza de perro que usualmente de 13 a 14 años. Sin embargo hay algunos que superan esta edad.
Alimentación del Pequinés
Las necesidades alimenticias calculadas como ración de mantenimiento varían según el peso. Para los ejemplares más ligeros son suficientes 230 - 320 Kcal diarias, para los ejemplares de tamaño mediano, de 390 a 500; mientras que para los machos, cuyo peso llega a los 8 kg., la aportación en Kcal diarias está próxima a las 650.
Cuidados del Pequinés
EL Pequinés es un perro resistente a las enfermedades, pero éste no constituye un motivo para que se descuiden las normas de higiene alimenticia y ambiental, vacunaciones y controles para establecer la existencia de enfermedades parasitarias. La limpieza de la capa y su cuidado se realizan con un peine y un cepillo de cerda suave.
Enfermedades del Pequinés
El Pequinés es constitucionalmente exoftálmico, es decir, tiene los bulbos oculares muy caídos, por lo cual pueden ser objeto con mayor facilidad, de lesiones
Temperamento o carácter del Pequinés
Este perro es muy peculiar por su temperamento. El Pequinés es independiente, testarudo, de muy mal genio y dado a las rutinas. Tiene gustos muy claros y definidos que, si el amo no los cumple, no duda en hacer saber su descontento. Cuando dijimos que es independiente, nos referimos a que no es una raza amiga de los halagos vacíos. A la raza Pequinés, no le gusta ser excesivamente manoseada y los tratos con niños son muy complejos. Otra clave de esta raza es que, si no los acostumbran desde una muy temprana edad (cachorro de 2 a 4 meses), jamás dejarán que les pongan collares ni cadenas, no los soportan porque no aceptan sentir limitados su movimientos ni su libertad.
Al decir que es de mal genio, les avisamos que en plenas demostraciones afectuosas de ellos hacia sus amos más próximos, son capaces de tener ataques de furia, donde morderán y gruñirán. Aman ser el centro de atención, pidiendo ser integrados en todas las actividades familiares, desde un paseo hasta en las comidas, siendo muy común entre los propietarios de estos perritos, que estos hagan que se sienten a la mesa.
Su temeridad, arrojo y valentía, como ya supimos por sus ancestros leoninos, es proverbial. El perro de raza Pequinés no dudan en imponerse - si ven invadido su territorio (aunque no lo sea en realidad)- sobre Pastores, Rottwailer, San Bernardos o Gran Daneses. No dudan en atacar de inmediato a un perro de varias veces su tamaño, y no con gritos y ladridos, sino corriendo derechos contra el enemigo, y atacando con sus garras y colmillos. Aman la comodidad del hogar, evitarán como a una maldición que los confundan con perros "de clase baja". Ellos tienen el derecho de compartir cama y comida directamente con los amos. Lechos de plumas y comida preparada para ellos. Esa es su forma de vivir acostumbrada. En las ocasiones en que caen en la desgracia del abandono, son tremendamente vulnerables. Nunca verán un pequinés vagabundo por que una de dos, o lo adoptan de inmediato, o no sobrevive.
A pesar de lo dicho, no todos los Pequinéses son iguales, hay pequineses muy afectuosos. Les gusta estar siempre con la familia y hasta jugar con niños. Son muy obedientes y faciles de entrenar, pero si se hace de la forma apropiada, y por supuesto, en una temprana edad.
Esta pequeña raza de perro es natural de la zona este asiática, y es considerada una desviación de los míticos perros lanudos del Tibet. Derivación tras derivación, se conocen las primeras documentaciones oficiales en grabados coreanos de hace 4.000 años, y otros del siglo VIII inmersos en la corte imperial de China, en plena dinastía H´ang.
Para el imperio, este animal surgía en una época mitológica, y aquí hay un pequeño párrafo sobre este origen: -Perdidamente enamorado de una pequeña mona, el rey león pidió permiso al dios Mago Hai Ho para desposarla. -Si estás dispuesto a sacrificar tu fuerza y tu tamaño, te doy mi consentimiento, fue la respuesta del dios.
Así, según la leyenda china, nació el pekinés. Valiente y orgulloso como su padre y pequeño, amoroso e inteligente como su madre.
Adorado por el budismo, fue convertido en símbolo mismo de esta religión. Capricho y pasión de la familia imperial, vivió durante siglos en la Ciudad Prohibida en Pekín (de ahí el patronímico de la raza), sin ningún contacto con el mundo exterior.
En esa época, el valor de joya de la familia imperial de esta raza de perritos, invocaba leyes especiales en las cuales una falta de protocolo frente a ellos se castigaba con cárcel; el robo, el secuestro o el asesinato de un pekinés se pagaba directamente con la vida del infractor.
Durante mucho fueron un privilegio para los nobles chinos, estando prohibida su exportación. Los primeros ejemplares ingresaron a Europa recién en el año 1860 llevados ante la reina Victoria de Inglaterra (tras las incursiones del Ejército Británico en Pekín, donde el aspecto exótico de estos perritos los salvaron del ajusticiamiento general llevado a cabo por los soldados) y treinta años más tarde se presentaron por primera vez en la exposición de Chester. Y de ahí a su moderna distribución, que los hace una raza muy conocida de perros de compañía, pero no tan masiva como pareciera.
En la mañana del 15 de abril de 1912, un pekinés llamado "Sun Yat Sen", propiedad del millonario británico Henry Harper fue uno de los 3 perros que lograron sobrevivir el naufragio del Titanic.
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